El pasado viernes 27 de septiembre, se celebró la ceremonia de Apertura del Curso Académico 2024-2025 de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), presidida por el Rector Guillermo Cisneros. En el acto participaron también el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, y el Director General de Universidades, Nicolás Javier Casas, además de contar con la destacada Lección Magistral de José María Sumpsi Viñas.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Luis Planas, intervino de forma telemática resaltando que el crucial papel de la investigación, la docencia y la innovación, particularmente en la UPM, en el sector agroalimentario. Destacó en su intervención la estrecha relación entre el MAPA y la ETSIAAB, ayudando a que ésta a que la toma de decisiones tenga una importante base científica en campos como la digitalización o sobre los retos que impone el cambio climático.
Posteriormente, el secretario general de la UPM, Fernando Vela, presentó la Memoria del Curso 2023-2024, donde se resaltaron los principales hitos de la universidad durante el pasado curso. Entre ellos, mencionó los 12 nuevos contratos de Aula Universidad-Empresa, entre los que se encuentra el Aula de Seguros Agrarios firmada entre Agroseguro y el CEIGRAM. Terminó con una mención a la Comunidad Europea EELISA (European Engeneering Learning Innovation and Science Aliance), cuya coordinación recae sobre la UPM, una alianza europea para definir e implementar un modelo común de ingeniería europea.
El siguiente en subir a la tribuna fue el Catedrático Emérito de la ETSIAAB, José María Sumpsi, quien fue director del CEIGRAM desde diciembre de 2016 hasta mayo de 2019, además de promotor de la idea de su creación. Con una brillante carrera académica e institucional, fue a quien el Rector Guillermo Cisneros invitó a impartir la Lección Inaugural, titulada: “la humanidad ante el reto del hambre y la malnutrición”.
Comenzó la lección recordando que la tesis pesimista de Malthus sobre la escasez de alimentos para una población creciente sigue sin haberse cumplido, como consecuencia de los avances de la agroquímica y la mejora genética (Revolución Verde). Sin embargo, el problema del hambre y la malnutrición continúa presente a nivel global y regional. Las crisis económicas y alimentarias de 2008, 2012 y también 2021 y 2022 con las consecuencias de la pandemia, la guerra de Rusia-Ucrania y las condiciones climáticas desfavorables, han revertido la tendencia y han acrecentado la inseguridad alimentaria.
Se espera que la población global siga creciendo, aunque a un ritmo más contenido, y este crecimiento sigue haciendo necesario un incremento de la producción mundial de alimentos en un 70%. Este reto es aún mayor si consideramos que la mayor parte del incremento debe venir por un aumento de la productividad agrícola y no del aumento de superficie cultivada. Esto, sumado al impacto del cambio y la variabilidad climática, así como el estado de degradación en el que se encuentran los recursos naturales, dificulta la consecución del objetivo de eliminar el hambre y la malnutrición en el mundo. En cuanto a las soluciones técnicas, el Profesor Sumpsi se mostró optimista y subrayó la importancia de reducir el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria (19% en la disponibilidad de alimentos y un 12% de pérdidas postcosecha).
Sin embargo, recordó que la seguridad alimentaria tiene una estrecha relación con la renta disponible, la pobreza y los precios de los alimentos. En 2023 se estima que un 10% de la población mundial no cubrió las necesidades calóricas mínimas. Las cifras del hambre a nivel global esconden fuertes desigualdades regionales. El hambre sigue aumentando en África, se ha mantenido relativamente sin variaciones en Asia y registra progresos notables en América Latina y el Caribe. Además, en 2023, el 28,9% de la población mundial padeció inseguridad alimentaria moderada o grave.
La dificultad para terminar con el hambre y la malnutrición en el mundo tienen que ver con las múltiples causas que conforman este problema. Entre las posibles soluciones políticas y técnicas, mencionó: reducir los niveles de pobreza, mejorar la nutrición con dietas saludables y asequibles, acabar con los conflictos y las guerras, aumentar el nivel de gasto en agricultura, alimentación e infraestructuras de transporte, frío y almacenamiento, mejorar las deficiencias en gobernanza global, limitar las restricciones a la exportación de alimentos en caso de crisis alimentarias globales, entre otras, podrían incidir favorablemente sobre la Seguridad Alimentaria y Nutricional.
En resumen, para el año 2030, parece improbable que el ODS2, Hambre Cero, pueda verse cumplido. Más bien se espera que entre 570 y 600 millones de personas sigan padeciendo hambre a nivel global. Las principales causas de este fracaso son la influencia del cambio climático (fenómenos climáticos extremos), la inestabilidad política y económica y la persistencia de conflictos y guerras.
Además, es necesario avanzar hacia un escenario donde los incrementos en la producción de alimentos deben venir acompañados de un esfuerzo por preservar el medio ambiente y optimizar el uso de recursos naturales. Uno de los elementos clave para enfrentar este doble reto será potenciar los centros de investigación en agricultura, ingeniería agronómica, medio ambiente y biotecnología. El Centro de Biotecnología y Genoma de Plantas (CBGP) y el Centro de Estudios e Investigación en Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (CEIGRAM), junto con la ETISAAB, son buenos ejemplos de ello.
Sin embargo, alimentar a la población no es solamente un reto científico, tecnológico y ecológico. Será necesario, además, diseñar y aplicar buenas políticas nacionales y globales de agricultura, seguridad alimentaria y nutricional, crear nuevos mecanismos y fondos internacionales para aumentar la financiación de la SAN en los países con mayor prevalencia de inseguridad alimentaria y mejorar el sistema de gobernanza global de la SAN. El Profesor José María Sumpsi concluyó que el hambre persiste debido, en gran medida, a causas exógenas a la agricultura. Aunque los avances científicos, tecnológicos, biotecnológicos y agronómicos brindan esperanza, los factores políticos y sociales siguen siendo cruciales para alcanzar finalmente los objetivos deseados.
Tras la Lección Magistral, tuvo unos minutos en el Acto El Consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, quien comenzó su intervención recordando sus años como estudiante en la ETSIAAB, e indicó que existen un buen número de ejemplos de estrategias de manejo que favorecen a la vez la producción de alimentos y la conservación del medio natural, como la ganadería extensiva o el cultivo en dehesas.
Cerrando el Acto, el Rector de la UPM , Guillermo Cisneros, destacó el papel de la universidad como palanca de transformación, conocimiento y transferencia. En línea con la lección de José María Sumpsi, quiso resaltar la capacidad de innovación y la importancia de la Universidad Politécnica en la búsqueda de soluciones a problemas que afecten al conjunto de la sociedad. Tras su intervención, se dio paso al Coro de la UPM, quedando oficialmente inaugurado el curso 2024-2025.