Un equipo internacional de investigadores del que es parte una investigadora de la ETSIAAB y el CEIGRAM participa en un trabajo que resalta el retorno que generan los trabajos en investigación agraria y busca las estrategias para lograr que ese nivel de beneficios se vea incrementado.

La agricultura se encuentra sometida a un proceso de enormes cambios en el que se hace frente a desafíos como el incremento de la población, el cambio climático, las variaciones de nuestros hábitos de alimentación y la necesidad de que nuestros agricultores tengan un nivel de vida adecuado. Ante todo ello, los investigadores han visto como de un tiempo a esta parte cómo las inversiones públicas en investigación agraria se han reducido pese a que suponen un retorno económico y productivo importante para la sociedad en general.

Conscientes del problema que ello supone, un grupo internacional de científicos agrarios de largo recorrido, entre los que se encuentra M. Inés Mínguez, una investigadora del Departamento de Producción Agraria de la ETSIAAB y del CEIGRAM, defienden los altos retornos que tradicionalmente han tenido las inversiones de la investigación en agricultura y su alto impacto en la ciencia y tecnología, analizan los cambios que deben acometerse para conseguir una investigación más efectiva y alientan a un cambio de estrategia en el que se siga apostando por este tipo de investigación.

“Tradicionalmente las inversiones de la investigación en agricultura , incluso las generadas en un contexto de menor financiación,  han tenido un alto impacto y nivel de retorno”, explica Inés Mínguez, investigadora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieria Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas y del Grupo de Investigación AgSystems, coautora de este trabajo.

Pero, ¿hay algo que los investigadores puedan hacer para incrementar ese retorno y mejorar los resultados? Para los autores del trabajo, hay varios aspectos que deben modificarse. “Hay casos en los que la simplificación excesiva, el reduccionismo o la falta de rigor, comprometen el desarrollo de los trabajos y los retornos de dichas inversiones. Son aspectos importantes que debemos tener en cuenta”, añade. Ejemplos de áreas de actividad con carencias en el ámbito científico son: “la conservación ex situ de recursos genéticos, la agricultura ecológica, la calidad del suelo (“soil health”) y la huella hídrica. Los fallos en aspectos importantes de la ciencia teórica y práctica tienen implicaciones en las inversiones y en las políticas de investigación en el área agraria”, explica Inés Mínguez.  Los expertos cuestionan el modelo subyacente basado en número de publicaciones de temas tratados con falta de rigor que son ampliamente citados de tal manera que acaban dando un “soporte científico” a dichos temas.

 “La relación actual entre ciencia y agricultura muestra que no estamos en un entorno estático, que los objetivos de la I+D también evolucionan y cambian con el tiempo”, explica la investigadora de la UPM. “Es probable que se aborde la eficiencia de cuestiones o procesos relacionados con la demanda de alimentos tal y como se ha estado haciendo con la eficiencia en la producción de alimentos. Las investigaciones sobre resiliencia ambiental seguirán siendo centrales, y será cada vez más importante la interfase entre agricultura, nutrición humana, dieta y obesidad.

Las inversiones en ciencia y tecnología agraria deben ser utilizadas más eficientemente y revertir la disminución de los fondos dedicados a ellas”, añade. Y todo ello, sin olvidarse del rigor que debe tener todo planteamiento científico y que ha tenido tanto éxito en ciencias agrarias: “Hemos de preservar nuestros estándares de calidad en la investigación, y estar preparados para salir un poco de nuestra zona de confort”, concluye.

En el trabajo, recientemente publicado en Advances in Agronomy  han participado también investigadores de diferentes centros de y universidades de Australia, Canadá, Dinamarca, EEUU, España (UCO), Finlandia, Francia, Méjico (CIMMYT) y Suecia.

Sadras VO, Alston J, Aphalo P, Connor D, Denison DR, Fischer T, Gray R, Hayman P, Kirkegaard J, Kirchmann H, Kropff M, Lafitte R, Langridge P, Lenne J, Mínguez MI, Passioura JB, Porter JR, Reeves T, Rodriguez D, Ryan M, Villalobos FJ, Wood D (2020) Making science more useful for agriculture. Advances in Agronomy, vol 163: 153-177. doi:10.1016/bs.agron.2020.05.003.

Fuente: ‘e-Politécnica Investigación e Innovación’ (nº 540), boletín de la UPM.