La Fundación Alternativas y la Fundación Daniel y Nina Carasso presentaron este miércoles, en el Real Jardín Botánico de Madrid, su ‘Libro Blanco de la Alimentación Sostenible en España’, en el que participaron los investigadores del CEIGRAM Alberto Sanz Cobeña, Eduardo Aguilera, Ana Iglesias y Tomás García Azcárate, con la coordinación de la también investigadora del CEIGRAM Ivanka Puigdueta. El volumen, en el que han participado más de 50 investigadores y profesional del tercer sector, identifica y propone las principales claves para lograr una transición hacia sistemas alimentarios sostenibles y resilientes. Este objetivo se plasma en cada uno de los 13 capítulos temáticos que componen el tomo, a través de una serie de propuestas con el propósito de conciliar el sistema alimentario con las necesidades del planeta y responder positivamente a la demanda de los españoles de una alimentación saludable, equitativa y respetuosa con el medioambiente.
Entre las recomendaciones que propone el Libro Blanco de la Alimentación Sostenible en España para acometer una transición justa y ecológica hacia sistemas alimentarios sostenibles y resilientes, destaca la necesidad de que la ciudadanía esté “bien informada y sea capaz de tomar decisiones de consumo conscientes, adoptando un papel de agente activo en el proceso, obteniendo la información necesaria desde las etapas educativas y practicando hábitos alimentarios sostenibles en los comedores escolares”. Una correcta educación alimentaria, que llegue a toda la ciudadanía mediante estrategias de comunicación eficientes, debe contar, como requisito esencial, con una adecuada transparencia informativa para facilitar la toma de decisiones, guías alimentarias eficaces y una correcta caracterización y etiquetado de los alimentos.
Un cambio en los marcos políticos e institucionales es otro requisito que el libro plantea para transitar hacia una alimentación sostenible. Sobre este punto, la compra pública de alimentos sostenibles puede generar un importante crecimiento de su demanda y redundar en potenciar unas relaciones económicas y laborales justas y transparentes para obtener alimentos de manera respetuosa con el medio ambiente. Asimismo, permitiría ofrecer alimentos más saludables a colectivos especialmente sensibles, como son los centros educativos, sociosanitarios o penitenciarios. Sin embargo, para avanzar en ello es necesario que la compra pública cuente con una legislación más adecuada que estimule su efectividad, mejorando la coordinación entre las distintas administraciones y reforzando la formación y capacitación del personal técnico y del liderazgo político.
El Libro Blanco también sugiere corregir las disfunciones del sistema alimentario, derivadas en muchas ocasiones de la falta de consideración de las externalidades negativas ambientales y sobre la salud que provoca el diseño inadecuado de los instrumentos financieros de las políticas públicas, o de una desigual distribución de los beneficios y costes del funcionamiento del sistema. En este sentido, es necesario “modificar la fiscalidad que se aplica a ciertas actividades productivas y a los propios alimentos” para mitigar los efectos externos negativos sobre el medio ambiente o la salud. También es importante “modificar los sistemas de ayudas, como los de la Política Agraria Común (PAC), y reorientarlos hacia modelos de producción respetuosos con la naturaleza, ya que no responden a las necesidades de unos sistemas alimentarios sostenibles y son nocivos para la salud de personas, animales y ecosistemas.
En lo que se refiere a la cadena de valor, esta ha de ser equilibrada, transparente, inclusiva y resiliente. Para ello, los actores implicados han de tener un reparto equitativo que permita cumplir con los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) y conseguir una economía circular que integre a las explotaciones familiares, basada en la investigación e innovación, favoreciendo los productos locales y de temporada, los mercados campesinos y la agroecología. El suelo agrícola debe ser protegido, sobre todo en las zonas periurbanas y los seguros agrarios deben ser potenciados, así como el ahorro energético y las energías renovables.
Por otro lado, la producción alimentaria debe estar en equilibrio con la naturaleza. Desde una posición de respeto hacia el medio ambiente, la resiliencia y el empoderamiento de las personas que se dedican al sector agroalimentario cobran un papel primordial frente a un mundo globalizado y sometido al cambio climático. El modelo productivo debe ser capaz de generar rentas dignas y unas adecuadas condiciones de trabajo, incorporando a las mujeres al sector y protegiendo a los trabajadores frente a los elementos tóxicos y contaminantes empleados en la producción. A este respecto, el conocimiento científico, la innovación y el acceso a la digitalización deben ser herramientas básicas para el desarrollo del marco productivo que propone el Libro Blanco de la Alimentación Sostenible en España, además de una profunda consideración por la agroecología y la pesca sostenible.
Este primer Libro Blanco sobre la alimentación sostenible en España no tiene todas las soluciones pero sí es un punto de partida para lanzar un debate sobre cómo debería ser la alimentación en 2030. Medidas concretas dirigidas a facilitar la transición hacia un sistema alimentario sostenible desde un punto de vista sistémico. Es parte de la solución porque la alimentación es mucho más que alimentos, es un todo vista con el prisma filosófico del desafío de la reflexión y de no quedarse en el aspecto más cotidiano que encierra. Es también salud, agua, ciudades, ecosistemas, terrestres, clima, educación, empleo, industria, igualdad y el resto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esta dimensión múltiple de la alimentación la convierte en un eje estratégico para trabajar de manera sistémica todos los ámbitos de la sostenibilidad. También, eje transversal de trabajo y de ideación de un nuevo habitar.
A través del siguiente enlace podrás descargar de forma gratuita el libro: Libro Blanco de la Alimentación Sostenible en España
Acerca de Fundación Alternativas
La Fundación Alternativas es un centro independiente de pensamiento y debate para la transformación política y social. Nació en 1997 con la voluntad de ser un cauce de reflexión y su misión es contribuir al pensamiento teórico y cultural progresista.
Sobre la Fundación Daniel y Nina Carasso
La Fundación Daniel y Nina Carasso trabaja para transformar el modelo de la sociedad actual en uno más ecológico, inclusivo y que permita el desarrollo en plenitud. Se compromete en dos grandes ámbitos que son la Alimentación Sostenible, por un acceso universal a una alimentación sana, respetuosa con las personas y los
ecosistemas, y el Arte Ciudadano, para el desarrollo del espíritu crítico y el refuerzo de la cohesión social.
Acompaña proyectos en Francia y en España, movilizando recursos económicos y humanos, así como desarrollando acciones propias con este fin. Impulsada por el objetivo del impacto social, fundamenta su acción en la investigación, los saberes empíricos, la experimentación, la evaluación y los aprendizajes compartidos. Creada
en 2010, la Fundación Daniel y Nina Carasso es una fundación familiar afiliada a la Fondation de France.
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